por David Ramírez/Tomado de El Biran NY
Pocas playas de Barahona
albergan tantas fábulas y leyendas como Punta Inglesa. Algunas, están
relacionadas con supuestos tesoros aún enterrados en la arena blanca de
la orilla por legendarios piratas como Roberto Cofresí, o la supuesta
parada obligatoria de filibusteros o corsarios como Francis Drakes,
terrores de los navegantes indefensos de aquella época.
Debo aclarar
que, mientras los conquistadores españoles saqueaban las riquezas de la
América indígena, los piratas robaban esas riquezas a los barcos
españoles que las transportaban (Ver Silvia Miguens Narvaiz, Breve
historia de los piratas). Pero también surcaban en el mar comerciantes
ingleses, franceses y holandeses, traficando con esclavos y
contrabandeando todo tipo de mercancías.La presencia en las costas de
mercaderes extranjeros ilegales, negreros y piratas en la colonia
española, propició el proceso histórico de 1606 que se conoció como “las
devastaciones de Osorio” que fue el desalojo de habitantes y la
destrucción de villas en la parte Norte, pero que también llegó afectar
amplia zonas del Sur como Azua, y algunos poblados del Valle de Neiba ya
que extensas zonas costeras estaban poco habitadas y la marina española
era incapaz de custodiarlas.
La decisión de Osorio afectó
toda la estructura social y económica de la colonia.Era bien sabido que,
producto de la miseria reinante, el contrabando desempeñaba una
“función de supervivencia”, constituía la base económica de la sociedad
(Ver alther L. Bernecker , Contrabando: ilegalidad y corrupción en el
México del siglo XIX).
Cuenta la tradición oral
comúnmente conocida (que no debe tomarse a priori como una verdad
histórica), que en la época colonial los terrenos donde se encuentra la
playa Punta Inglesa era una “zona de nadie”, muy peligrosa para
cualquiera que se arriesgara entrar en ella. Según esos relatos, la zona
era utilizada por los traficantes del valle de Neiba para contrabandear
mercancías o esclavos con mercaderes extranjeros que llegaban a las
costas y que los pirata, como Roberto Cofresí, cuando se sentían
acorralados por buques de guerras españoles, hacían breves estancias en
el lugar para enterrar sus tesoros robados.
Lo de tesoros enterrados resulta
inverosímil y hasta podríamos calificarlo de fábulas, es una historia
no creíble el marco de una concepción materialista de la historia, muy a
pesar de que el contrabando de mercancías o el tráfico de esclavos era
una realidad en la colonia española y que los piratas hicieron la Ley en
la extensión del mar Caribe.
Haciendo acopios de esos datos,
resulta que el origen del nombre “Punta inglesa” es otro de los enigmas
de nuestra ciudad. Geográficamente hablando, “Punta” es un término que
se utiliza como sinónimo de cabo, una versión más pequeña de este
accidente geográfico que se proyecta hacia el interior del mar. Entonces
“Punta inglesa”, venía siendo una saliente de rocas y arena (con
cocoteros), de menor tamaño que un cabo.
No tenemos referencias
históricas o geomorfologícas de cómo era la playa Punta inglesa en la
época colonial, pero sí sabemos que hace unas cuantas décadas esta
saliente no era tan extensa, se podía caminar en ella y llegar hasta su
punta, pero, por la erosión y las marejadas de los huracanes,
prácticamente ha desaparecido. Tampoco existen evidencias cientificas o
documentadas que Punta inglesa fue referencia marítima para los
contrabandistas, filibusteros, piratas o corsarios en la época colonial,
aunque aseguren que el mismo Francis Drake la visitó y plantó un
letrero en su arena. De aquella vista panorámica de la “punta” que
flanqueaba la playa como si de una gran ensenada se tratara, solo quedan
rocas dispersas y visibles en el lugar. Igual suerte podría correr el
manglar de “lagoon arrecifal” de la playa Palito Seco.
El manglar, que son árboles o
arbustos que actúan como impenetrables barreras en las que se refugian
peces, se encuentra en serio peligro de desaparecer ya que el hotel
Guarocuya , al carecer de playa, propició la deforestación de esos
arboles. De dos exuberante manglares que había en el lugar, hoy apenas
queda uno.Pero volviendo al tema inicial, ya aclarado lo que significa
geográficamente la palabra “punta” ¿Cuál es el origen del topónimo
“inglesa” que tiene esa playa? Como todas las leyendas, lo que cuentan
historiadores, como Matía Ramírez, sobre “Punta inglesa”, es una mezcla
de fábulas y leyendas, porque como decía un escritor de cuentos
infantiles, entretiene más y es mucho más prestosa que la realidad.
Plantearemos en la segunda parte
de este trabajo de investigación, una hipótesis de donde podría
proviene el nombre, sin tratar de “desmitificar” algunas de esas fabulas
o leyendas.