domingo, 20 de julio de 2014

DAVID RAMIREZ! Fábulas y leyendas sobre la Playa Punta Inglesa (I)

barahona punta inglesa DSC04655
por David Ramírez/Tomado de El Biran NY
Pocas playas de Barahona albergan tantas fábulas y leyendas como Punta Inglesa. Algunas, están relacionadas con supuestos tesoros aún enterrados en la arena blanca de la orilla por legendarios piratas como Roberto Cofresí, o la supuesta parada obligatoria de filibusteros o corsarios como Francis Drakes, terrores de los navegantes indefensos de aquella época. 


Debo aclarar que, mientras los conquistadores españoles saqueaban las riquezas de la América indígena, los piratas robaban esas riquezas a los barcos españoles que las transportaban (Ver Silvia Miguens Narvaiz, Breve historia de los piratas). Pero también surcaban en el mar comerciantes ingleses, franceses y holandeses, traficando con esclavos y contrabandeando todo tipo de mercancías.La presencia en las costas de mercaderes extranjeros ilegales, negreros y piratas en la colonia española, propició el proceso histórico de 1606 que se conoció como “las devastaciones de Osorio” que fue el desalojo de habitantes y la destrucción de villas en la parte Norte, pero que también llegó afectar amplia zonas del Sur como Azua, y algunos poblados del Valle de Neiba ya que extensas zonas costeras estaban poco habitadas y la marina española era incapaz de custodiarlas.

La decisión de Osorio afectó toda la estructura social y económica de la colonia.Era bien sabido que, producto de la miseria reinante, el contrabando desempeñaba una “función de supervivencia”, constituía la base económica de la sociedad (Ver alther L. Bernecker , Contrabando: ilegalidad y corrupción en el México del siglo XIX).

Cuenta la tradición oral comúnmente conocida (que no debe tomarse a priori como una verdad histórica), que en la época colonial los terrenos donde se encuentra la playa Punta Inglesa era una “zona de nadie”, muy peligrosa para cualquiera que se arriesgara entrar en ella. Según esos relatos, la zona era utilizada por los traficantes del valle de Neiba para contrabandear mercancías o esclavos con mercaderes extranjeros que llegaban a las costas y que los pirata, como Roberto Cofresí, cuando se sentían acorralados por buques de guerras españoles, hacían breves estancias en el lugar para enterrar sus tesoros robados.

Lo de tesoros enterrados resulta inverosímil y hasta podríamos calificarlo de fábulas, es una historia no creíble el marco de una concepción materialista de la historia, muy a pesar de que el contrabando de mercancías o el tráfico de esclavos era una realidad en la colonia española y que los piratas hicieron la Ley en la extensión del mar Caribe.

Haciendo acopios de esos datos, resulta que el origen del nombre “Punta inglesa” es otro de los enigmas de nuestra ciudad. Geográficamente hablando, “Punta” es un término que se utiliza como sinónimo de cabo, una versión más pequeña de este accidente geográfico que se proyecta hacia el interior del mar. Entonces “Punta inglesa”, venía siendo una saliente de rocas y arena (con cocoteros), de menor tamaño que un cabo.

No tenemos referencias históricas o geomorfologícas de cómo era la playa Punta inglesa en la época colonial, pero sí sabemos que hace unas cuantas décadas esta saliente no era tan extensa, se podía caminar en ella y llegar hasta su punta, pero, por la erosión y las marejadas de los huracanes, prácticamente ha desaparecido. Tampoco existen evidencias cientificas o documentadas que Punta inglesa fue referencia marítima para los contrabandistas, filibusteros, piratas o corsarios en la época colonial, aunque aseguren que el mismo Francis Drake la visitó y plantó un letrero en su arena. De aquella vista panorámica de la “punta” que flanqueaba la playa como si de una gran ensenada se tratara, solo quedan rocas dispersas y visibles en el lugar. Igual suerte podría correr el manglar de “lagoon arrecifal” de la playa Palito Seco.

El manglar, que son árboles o arbustos que actúan como impenetrables barreras en las que se refugian peces, se encuentra en serio peligro de desaparecer ya que el hotel Guarocuya , al carecer de playa, propició la deforestación de esos arboles. De dos exuberante manglares que había en el lugar, hoy apenas queda uno.Pero volviendo al tema inicial, ya aclarado lo que significa geográficamente la palabra “punta” ¿Cuál es el origen del topónimo “inglesa” que tiene esa playa? Como todas las leyendas, lo que cuentan historiadores, como Matía Ramírez, sobre “Punta inglesa”, es una mezcla de fábulas y leyendas, porque como decía un escritor de cuentos infantiles, entretiene más y es mucho más prestosa que la realidad.

Plantearemos en la segunda parte de este trabajo de investigación, una hipótesis de donde podría proviene el nombre, sin tratar de “desmitificar” algunas de esas fabulas o leyendas.