NELSON RODRÍGUEZ/Diario Libre
No
es extraño que Abinader encabece cada denuncia que hace su equipo de
trabajo sobre problemas puntuales, ya sea delincuencia, combustible,
deuda, electricidad, corrupción; de lo que sea. Va brincando de un tema a
otro, cual niño que juega al “tin marín de do pingüé, pégale, pégale
que él fue”. O “a la candelita”, y a cada rato va “a la otra esquinita”.
Al candidato debieran reservarlo para lo propositivo, y no ser reactivo
a cada acción del gobierno, como si no dispusiera de propuestas
propias.