martes, 23 de agosto de 2016

EDITORIAL DE EL CARIBE! El final de una gestión

alcalde
Tomado de El Caribe

En la víspera del 16 de agosto y aún en estos días, escuchamos historias acerca de las actitudes de algunos líderes locales que ejercieron funciones en sus municipios, muy difíciles de comprender, y que dejan muy malparada su imagen.Parecería que piensan que al término del poder delegado, que es pasajero, se acaba el mundo. No comprenden que esos roles no constituyen una heredad.


En esa perspectiva se comportaron como si no consideraron que algún día dejarían sus puestos y tendrían que rendir cuentas.

En extremo, el caso trágico de un regidor cuando se dio cuenta que ya no ejercería esa función, y perdería una visa norteamericana. ¿Qué tanto valían para él esas pequeñas cosas?

Alcaldes que al final de su gestión abandonaron sus responsabilidades. Dejaron las ciudades literalmente llenas de basura y las arcas municipales vacías. Peor aún, las deudas exorbitantes descubiertas aún no detalladas, pero que con solo mencionarlas despiertan suspicacias.

El ayuntamiento de Santiago todavía no ha pagado por completo la nómina de julio y el nuevo alcalde no sabe de dónde sacará dinero para cubrir los compromisos que conllevan el pago de los servicios municipales.

Pensar en los escándalos de regidores que intentaron asignarse pensiones ventajosas o apropiarse de bienes de los ayuntamientos, al margen de la ley.

Esos señores no pensaban en algún momento en el daño que se infligían. Es como si estuviesen renunciando de por vida a las actividades políticas, a la posibilidad de presentarse nueva vez a un cargo de elección popular.

La vida continúa y la imagen queda expuesta.
Al poder se va a servir y no a servirse. En la política el legado vale mucho. Es la base para la carrera exitosa.

Quienes salen de los cargos con la soga al rastro mañana encontrarán demasiadas personas que se las pisarán.

No se dan cuenta que con su mal comportamiento finaliza la carrera política. Quizás se confían a la escasa memoria de los dominicanos.

Afortunadamente, no todos aquellos que concluyeron su gestión el pasado 16 de agosto salen de esta manera. Al menos, sin ruidos, se van convencidos de que cumplieron sus deberes.